martes, 25 de mayo de 2010

Mendelssohn: Scherzo de "El sueño de una noche de verano"

Esta obra es una de las más bonitas y luminosas de todo el siglo XIX. Mendelssohn, que era un gran admirador de Shakespeare, tenía tan sólo 17 años cuando compuso la obertura. 16 años más tarde decidió componer una serie de movimientos enlazados como "Música incidental" para la comedia del mismo título. Es admirable la continuidad que muestra la obra en inspiración y frescura, a pesar de la gran distancia temporal entre su comienzo y su continuación.
Os pongo aquí el Scherzo como ejemplo sublime de esta forma musical (que, como recordaréis, se incorpora a la sinfonía en el siglo XIX como tercer movimiento, en el lugar que antes había ocupado el minueto), pero no dejéis de escuchar los otros movimientos, sobre todo la obertura, el nocturno y el dúo de las hadas "Ye spotted snakes".

Mendelssohn: Scherzo del Octeto para cuerdas

Mendelssohn es uno de los pocos compositores del periodo romántico que prefieren la alegría y la luz a los tintes sombríos, melancólicos, épicos o trágicos de muchos de sus contemporáneos. Aquí tenemos una muestra. Observad que la formación instrumental viene a ser un doble cuarteto de cuerdas, con la particularidad de que uno de los violonchelos ha sido sustituido por un contrabajo.

Beethoven: Scherzo de la sinfonía nº 9

Si comparamos este Scherzo con los dos que tenéis más arriba de Mendelssohn observaremos la diferencia entre el carácter alegre y juguetón de estos (acorde con el significado del término en italiano, "broma") y el arrasador de la 9ª sinfonía: un torrente de energía rítmica que nos atrapa.